Y es que minutos después Cristiano veía la segunda amarilla cuando el colegiado interpretaba que el delantero había fingido una caída ante Umtiti. Sin embargo, pronto el PSG tomó la delantera y en las últimas horas hubo una señal inequívoca de que será el nuevo hogar del capitán de la selección argentina. Hace unos meses, Murtaza Ahmadi se robó el corazón de miles de personas en el Internet cuando una fotografía suya vistiendo una bolsa de basura convertida en una camiseta de Argentina con el número 10 de Lionel Messi se volvió viral. Camiseta de Messi del FC Barcelona 2016 2017 Away 50% off. Fàbregas ha afirmado también que el aterrizaje de Messi en la liga francesa «es un reto para nosotros, porque somos el Mónaco y queremos ganar». El argentino Lionel Messi consiguió 35 títulos oficiales con la camiseta del Barcelona y es el más ganador en la historia del club culé, y entre los logros que consiguió figuran cuatro Liga de Campeones y 10 ligas españolas. La producción en masa de la camiseta de Messi no para. El furor en el mundo del fútbol por la llegada de Lionel Messi a PSG (París Saint-Germain) es total y la venta de su camiseta con el número 30 lo demuestra.
Camisetas titulares y suplentes, en versión hombre, mujer y niños, tienen a Messi como protagonista de la campaña publicitaria y con el “10” como el número más pedido por los millones de fanáticos en todo el mundo. En una entrevista con TyC Sports, Lionel Messi mostró cómo es el museo que tiene en su casa, en el qeue guarda muchas de las camisetas que cambia y los trofeos personales que ganó como los balones de oro. Club al que consideró su casa, y admitió que no estaba preparado para despedirse de esta manera. Ya lo dijo Laporta al ver el erial que había heredado de su antecesor: el costo de la plantilla representaba el 110% de los ingresos de la entidad que se considera más que un club. Ingeniería financiera opaca que suele acabar en burbujas que explotan en las manos de los directivos futbolísticos sin solución posible. Habría que recordarle que ya no pertenecía al Barça; que en 2014 ya quiso darse el piro y Tito Vilanova le convenció para seguir vistiendo la elástica azulgrana poco antes de morir; que, dos años después, también estuvo a punto de poner pies en polvorosa porque Hacienda le estaba echando el aliento en el cogote más que Pepe en los Clásicos del Bernabéu; que, hace apenas un año, envió un burofax a las oficinas culés anunciando que abandonaba el club tras el humillante 2-8 del Bayern en el Camp Nou.
Las de un Joan Laporta que basó su última victoria electoral a la presidencia del club azulgrana en la promesa de que mantendría en sus filas al ‘inmessionante’ jugador, como fue definido en un diccionario de la lengua española de editorial Santillana. Visiblemente emocionado y sin poder contener las lágrimas, Messi inició su alocución. Y, cómo no, leo las bolas del genio rosarino que dijo sin despeinarse, eso sí entre lágrimas, que había hecho todo lo posible para quedarse. El delantero argentino Lionel Messi aseguró este domingo, entre lágrimas, que tanto él como su familia estaban “convencidos” de que iban a seguir en el Barcelona. Leo Messi y leo ruina. Leo Messi y leo pasión. Y el Canario también quiere a Messi para que brille en Villa Nueva. El jugador del Athletic estaba haciendo un marcaje muy pegajoso a la estrella culé que no conseguía zafarse de su marca ni de su presencia. Recordemos que la presencia de Messi, además de contribuir al apartado deportivo de la institución, representa millonarios ingresos en diferentes rubros.
Según Messi, finalmente la operación “no se puedo hacer por la deuda del club, por La Liga”. Desde la escena del moquero en el arranque hasta el desenlace final, con los periodistas aplaudiendo en pie, en el acto solo se escucharon buenas palabras y escasos mensajes subliminales, inevitables hasta en los funerales de las familias más unidas. Porque pocos futbolistas tienen la capacidad de este genio para levantarte del asiento mientras lleva la pelota cosida al pie driblando a cuantos contrarios se le ponen por delante, o coloca el balón en el fondo de la red tras limpiar las telarañas de la escuadra como si estuviera dando un pase tenso a un compañero, o encuentra espacios imposibles para dar una asistencia de gol donde nadie lo hubiera imaginado jamás. Fondos de inversión anunciados como un balón de oxígeno salvador pero con cláusulas salvajes que hipotecan el deporte a perpetuidad si no se cambian los modelos de gestión.
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